jueves, 1 de marzo de 2012

Coches

Hoy voy a volver con el tema de los coches. Me voy a referir a uno de los mayores abortos automovilísticos del siglo, el Porsche Cayenne. Todos conocemos de la vagancia de los diseñadores de Porsche, pero con este ya se han pasado. Menos mal que aún se han dignado a cambiar el motor de sitio (no quiero decir que no me guste el estilo 911), porque ya habría sido el colmo. Básicamente solo han subido las suspensiones y aumentado el tamaño respecto al escarabajo tuneado. El resultado es fatídico y no solamente estético, sino que no sirve para nada. Si te lo llevas a la montaña, terminarás despedazado después de tres vueltas de campana; si lo quieres porqué es grande, un Smart Fortwo te será más útil; si quieres correr... mejor una bici; pero si lo que quieres es pagar una fortuna por un vehículo que traga gasolina cual Filípides después de haber tenido que volver a medio camino porque se había dejado las llaves, recorriendo así el doble de camino. Si te compras uno y encima lo usas terminarás como él: seco y probablemente muerto.

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