Todos, por muy jóvenes que seamos, hemos hecho un brindis alguna vez. No parece absurdo eso de chocar las copas entre si, para después beber. Pues el origen de esta costumbre no es para nada absurda ni ingenua.
El brindis lo inventaron los romanos para dedicarlo a uno de sus mayores tesoros, el vino. La razón es que tu podías tocar el vino, podías olerlo, podías verlo y podías degustarlo. Pero claro, quedaba un sentido para deleitar, por eso se inventó el brindis, para poder escuchar el vino.
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