4o día: Hoy ha sido una etapa de transición, de tan solo 9 km. La mayoría de peregrinos juntan lo que hemos hecho hoy con lo de ayer. La etapa en si no era especialmente bonita, pero hacia el final hemos atravesado un pinar con un cierto encanto. Como el albergue era de una habitación común y íbamos con dos niñas pequeñas (no tanto en realidad), nos hemos pasado a la casa rural de enfrente. Pero como esta tenía solo libres dos habitaciones, mi padre y mi tío ( que son muy machos) se han pasado al albergue.
Nos hemos hechado una siesta. Por la tarde hemos ido a ver la ciudad de Pamplona y a hacer algunas compras. La ciudad en si no tiene nada de especial cuando no corren toros por las calles, pero es bastante bonita. Una vez armados con un arsenal de chistorra y de morcilla hemos entrado a la iglesia. Ha sido una escena algo impactante y realmente acojonante. Estaban todas las personas sentadas, un grupito mirando hacia un lado, y otro hacia otro. Alrededor paseaban hombres, uno con un estandarte y otros con unas bandejas doradas para hechar limosna. Ya cuando nos hemos sentado hemos denotado más cosas. El cántico era en latín, y se lo sabían todos de memoria. Además, yo no se en vuestro pueblo, pero en el mío solo van a misa las viejas (y eso que mi pueblo es muy grande y hay gente "pa to"), y el público y los cantantes eran todos hombres de todas las edades, no se veía ninguna mujer a pesar de escucharse voces femeninas en la canción.
Después de reunirnos todos y admirar mi nueva adquisición ( una camiseta del equipo local Amaya sports reyno de navarra), hemos ido a cenar de picoteo para regresar y finalmente a descansar a Izco.
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