Triste final

Estaba descuartizado, totalmente roto por todas partes, no paraban de llegar golpes por todas partes, pero cada uno de ellos era menos doloroso, pero más humillante, solo deseaba que todo terminara. Le hacía rabia terminar así, había llegado a estar entre los mejores, a pelearse con los más bravos y tratar de tu a los grandes, pero ahora no parecía mejor que un ratón entre las garras de un gato, impotente, sin capacidad de reacción aunque no asustado. Sabía que no era por méritos del rival el resultado, sino solo por errores propios, una desconexión del mundo real, que había hecho que todo terminara en las garras de uno cualquiera. Además no recordaba nada, solo recordaba que en un pasado había estado un equipo de balonmano.