jueves, 3 de marzo de 2011

Reconocimientos

Pongamos por ejemplo que tu nota media de toda la vida es la de un notable justo, un siete pelado. Un día llegas a casa con la gran noticia de haber conseguido la magnifica calificación de 8,7 en un examen, y corres muy orgulloso a decírselo a tus padres para que ellos también puedan estar orgullosos de su hijo. Ellos sonreirán y te felicitaran, puede que te den un beso, y si apuras un euro para pipas. Pero ahora imaginemos que la nota no es tan alta; que te has quedado a las puertas del aprobado, ya no correrás a toda prisa a decírselo, probablemente esperaras a que anochezca para que estén mas dormidos y con menos ganas de discutir para darle la desagradable noticia. Ellos te miraran con mala cara durante unos segundos, esperando un "era broma!" que no llegará, y luego te mandaran a dormir, si realmente no tienen ganas de discutir te dirán "tu mismo" o "¿ ya sabes en que has fallado?". Pero entonces no termina aquí. Cuando el próximo día llegues a casa y te vean echándote un FIFA, soltaran una frase como "ve a estudiar que sino ya sabes lo que pasa" refiriéndose a tu última nota. Este es un mensaje para los padres: Por qué en el caso de la nota extraordinaria no decís algo del tipo "tranquilo hijo, si cuando terminas crees necesario echar una partida mas, no te cortes"; porque????? Por que siempre os quedáis con lo mas negativo, nunca recodáis nuestros méritos positivos excepto para presumir delante de otros padres como si fuéramos pokemons que han alcanzado un nivel superior? Ya que estamos, si queréis nos metemos en una pokeball y nos lleváis a la enfermera Joy cuando nos rasquemos la rodilla jugando al fútbol. Entendemos que vosotros venís de trabajar, estáis agotados, pero pensad que para nosotros, que no llevamos ni un cuarto de la vida que nos queda, damos mucha más importancia a cualquier cosa y todo es más intenso cada día es importantísimo, y cada mérito aún más; así que es muy importante dar un refuerzo positivo, o como mínimo ahorrar-se las frases que nos desaniman y nos pueden hacer sentir como si lleváramos cateando toda la vida. También creo que con 15 años podemos llegar a tener el criterio suficiente como para después de un suspenso no pasarnos toda la tarde con un videojuego, sino hacer algunos ejercicios extra o estudiar para un examen de recuperación; que también lo hacemos, aunque no lo veáis porque estáis fuera, o porque solo os dais cuenta de que estamos haciendo algo cuando estamos jugando a un videojuego y os ocupa la tele que vosotros queréis ver. Un consejo: no hay nada mejor que poder echarte un FIFA, un PRO o un GT con tu padre y pasarlo bien.

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