viernes, 1 de abril de 2011

Relato

Aquí esta el relato con el que fui premiado una vez con el cuarto premio a nivel autonómico.

El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Quién la iba a decir que su excelente y lujosa vida canviaria tanto en tan poco tiempo. Un millonario "play boy" con coches deportivos, chalets en Marsella, mujeres a punta pala; encerrado en la bodega de un barco de pesca.

Era un hombre muy feliz, con unas acciones en borsa muy beneficiosas. Ganaba miles de euros cada semana. Un día empezó algo que los entendidos llamaban crisis. No entendía muy bien el concepto pero le daba igual. Al mes vio que sus millones desaparecían poco a poco de su cuenta bancaria, llamó a su agente de borsa y le dijo que no pasaba nada, que era un pequeño contratiempo que se solucionaría en seguida. Se lo creyó, además los políticos decían lo mismo en la televisión. Cinco meses después la cosa no había mejorado y tubo que venderse su casa en Vaqueira y alquilar su apartamento en Andorra. La cosa empeoró aún más, hasta que un día cuando se levantó, recibió una llamada de su agente de borsa. Estaba en números rojos. Llegó fin de mes y tenía 10 euros.

Pedro no tenía muchos amigos. Una tarde salió a pasear, pensó que era gratuito y podía permitírselo. Anduvo unas horas viendo la realidad, la gente en la calle sin casa, chavales drogándose para olvidar sus problemas. De repente un hombre le dijo:
-Hola hermano. No tendría usted un poco de limosna para este pobre desgraciado.
-Venga- no sabía lo que decía, no conocía a ese hombre pestilente, pero no pudo detener un impulso que le decía que debía invitarlo a una birra. Entraron en un bar, sabía de sobra que no podía permitírselo pero lo hizo, invitó a ese hombre a una cerveza.
-Escucha, Pedro- estaba alucinando, el vagabundo sabía su nombre- te acecha una gran desgracia.
-Como lo sabe?
-Yo soy tu. Soy tu lado austero- ahora que lo decía el hombre se parecía mucho a él-.Todos en este bar somos parte de ti.
No podía creerlo, tenia razón!! Todos los hombres de ese bar eran idénticos a él. Había uno vestido de punto en blanco, su lado "pijo"; otro leyendo un libro, su lado intelectual; etc... Allí mismo en 30 metros cuadrados estaban todos sus "yos", cada parte de su personalidad, algunas que no conocía y otras que había experimentado muchas veces. Entonces se fijó en un cuerpo que estaba en la esquina, no era ningún "Pedro", era una mujer. Una mujer muy atractiva, con el pelo rubio rizado, los ojos azules oscuros; sintió un impulso salvaje hacia ella, no pudo resistirse, se acercó a ella. Tartamudeo algo, no sabía lo que decía, ella respondió:
-Qué quién soy? Soy tu perdición; puedes escoger entre yo, tu perdición; o continuar con tu mísera vida de multimillonario fracasado.
Pedro no dijo nada, pero ella sabía muy bien la respuesta:
-Mañana a las 06:00 en el muelle 17B.
De repente se evaporó. Desde aquel instante no recordaba nada más, solo juntarse con su lado payaso y su lado salvaje y emborracharse. Miró el reloj, eran las 04:30, tenía que dirigirse hacia el muelle, salió del bar. Dio diez pasos, con mucha dificultad y se dio cuenta que se había dejado el abrigo con la cartera en la barra del bar. Se dio la vuelta, pero el bar no estaba. Lo había soñado todo? Seguro que no, estaba seguro.

El mundo le daba vueltas. Decidió coger un taxi pero no podía porque no tenía dinero. Estuvo andando hasta que llegó al puerto. Preguntó por el muelle 17B y le dijo que estaba en un puerto pequeño, que solo había 5 muelles y que se fuera a casa. Se dio la vuelta y vio a Juan, su agente de borsa, solo que vestido de lobo de mar.
-Acompañame, Pedro.
-Dónde vamos?
-Al muelle 17B.
-Pero si no existe.
-Lo sé.
Estuvieron andando 10 minutos por callejones oscuros y al fin llegaron al misterioso muelle 17B. Había un enorme barco amarrado y la mujer del bar en la entrada. Se acerco a ella. Se fijó en el barco, se llamaba      " La Perdición".
- Deme un ticket para el barco.
- Antes tendrá que pagarlo.
- Cómo? No tengo dinero.
- Con la existencia.
- Esta bien, cómo se la entrego?
- Ya lo ha hecho, suba.
La tripulación del barco estaba formada por gente de su entorno, pero a la que nunca había sabido apreciar. Su entrenador personal lo condujo a su "camarote", era la bodega.
- Dónde vamos?
- Hacia el polo norte, a pescar.
- Cuando llegaremos?
- En cinco minutos.
Se durmió. Tuvo la sensación de que durmió durante días, pero solo pasaron 3 minutos cuando escuchó un sonido estridente, y se vio catapultado hacia el cielo. Se quedó "groggy". Cuando volvió en si, analizo la situación. El barco había chocado contra el casquete polar y todos menos él habían muerto. Él se encontraba en un iceberg a 200 metros del casquete. Quería llorar, pero se le congelaban las lágrimas. Solo, solo podía esperar la muerte.

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